¿Qué es la epilepsia? Origen y causas
El término "Epilepsia" describe un trastorno del cerebro que origina una predisposición a sufrir crisis epilépticas repetidas. Si no sabes nada sobre la epilepsia, éste es tu punto de partida para conocer lo esencial sobre la enfermedad: su mecanismo, las causas más frecuentes y las opciones terapéuticas que tienen los pacientes.
La epilepsia no es una enfermedad psiquiátrica ni mental, se trata de un problema físico causado por un funcionamiento anormal esporádico de un grupo de neuronas.
Puesto que su único síntoma son las crisis epilépticas que se manifiestan de forma intermitente, la mayor parte de las personas con epilepsia son plenamente capaces el resto de su tiempo.
El término epilepsia deriva del griego epilambaneim, que significa ‘coger por sorpresa’ y se refiere a un conjunto de enfermedades que se manifiestan por crisis epilépticas causadas por un problema en el cerebro. Generalmente, una crisis epiléptica se desencadena por un exceso de actividad eléctrica de un grupo de neuronas (células cerebrales) hiperexcitables y puede afectar a funciones como el movimiento o el comportamiento, o al nivel de conciencia (la noción de lo que sucede alrededor de uno).
Las crisis generalmente duran apenas unos segundos o unos minutos, después de los cuales finaliza y el cerebro vuelve a funcionar con normalidad. El tipo de convulsión depende de la parte del cerebro afectada y la causa de la epilepsia.
A grandes rasgos se distinguen dos tipos de crisis: las generalizadas, que afectan a toda la superficie del cerebro y provocan la pérdida de conocimiento y las crisis parciales o focales, donde la descarga comienza en una zona concreta que puede extenderse al resto de la corteza cerebral.
En algunos casos, justo antes de la crisis, el paciente experimenta el aura. Se trata de la sensación de que inmediatamente va a sufrir una crisis parcial o generalizada. En realidad es una crisis epiléptica parcial que está a punto de extenderse, aunque no todas las auras son precursoras de crisis graves.
Para padecer epilepsia hay que haber tenido más de una crisis. La epilepsia puede verse acentuada por varias circunstancias, como cambios hormonales o falta de sueño.
Todas las funciones del cuerpo están controladas por el cerebro. Si algo altera el funcionamiento normal del cerebro, se puede producir un ataque epiléptico. Identificar la causa de las crisis puede ser útil al decidir sobre un plan de tratamiento. Sin embargo, en más del 70% de personas que padecen epilepsia no se puede identificar la causa.
El primer paso es acudir al especialista para asegurarse de que el paciente tiene epilepsia antes de comenzar cualquier tratamiento. El diagnóstico de epilepsia requiere que se hayan sufrido al menos dos crisis no provocadas. Una vez hecho el diagnóstico es recomendable comenzar el tratamiento lo antes posible y seguirlo con regularidad.
El tratamiento más común utiliza fármacos antiepilépticos (FAE), que logran controlar las crisis en aproximadamente el 70-80% de los pacientes. Los medicamentos restauran el equilibrio químico de las neuronas y atenúan las descargas eléctricas anormales.